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Quiero hablarte de mi objeto de estudio. La Piel y la importancia del autocuidado.

Soy una embajadora del autocuidado. Esas son mis palabras de inicio. Más que un enunciado es un manifiesto.

Estoy convencida de que nadie mejor que uno para conocer la propia piel y saber que le hace bien, que necesita. El autocuidado requiere conocimiento. Autoconocimiento. Solo cuando tomamos conciencia de que es un órgano nos comprometemos. El fin no es solo “la belleza” es un tema de salud y bienestar.

Tener la piel sana es una elección. Se trata de hábitos, de elegir buenos hábitos. Se trata de amor. Amor propio.

Cuidar la piel forma parte del cuidado integral de todo nuestro organismo, alimentación equilibrada, ejercicio, buenos hábitos para sentirnos bien y vernos bien.

La belleza es una expresión interna de salud y bienestar. Cuando perdemos su justo equilibrio y manifestamos alguna enfermedad, sobre todo en el rostro, esto afecta enormemente nuestra autoestima y perdemos confianza.

No puedo hablar de todo esto sin antes presentarte a LA PIEL.

Quién es? cómo es? para aprender a cuidarla y detectar los mensajes que nos envía hay que saber que no es la misma todo el tiempo, que cambia, por factores internos y externos.

La piel es un órgano complejo. El más grande de nuestro cuerpo. Cumple funciones muy importantes:

– es una barrera semipermeable que nos protege de las agresiones externas.

Impide la pérdida de agua y el ingreso de sustancias que pueden afectar la salud de todo nuestro organismo.

– regula la temperatura corporal a traves de los vasos sanguíneos.

– es el primer frente de nuestro sistema inmunitario.

– sus terminaciones nerviosas nos posibilitan sentir, percibir.

Es importante conocer la estructura de la piel para aprender a cuidarla y entender el porque de la rutina diaria y la acción de los productos que aplicamos sobre ella.

La capa superficial de la piel se llama Epidermis. En contacto directo con el mundo cumple las funciones de defensa y protección.

La externa, la más visible es la capa córnea. Se llama así por las células muertas que la componen, los corneocitos.

Estas células tienen su origen en la capa más profunda de la Epidermis, la capa basal. El nombre de origen de las células: queratinocitos. Van ascendiendo a la superficie transformándose, cambian su forma, pierden su núcleo, se aplanan.

Este proceso lo conocemos como “renovación celular” se da aproximadamente cada 28 a 30 días y más, a medida que vamos envejeciendo los procesos se lentifican y hay menor recambio celular. Los queratinocitos producen queratina, una proteina que ofrece protección física e impermeabiliza la membrana celular. Por ello la piel tiene una capacidad “impermeable” no permite el paso de sustancias. Es una verdadera barrera protectora. (ya les contaré como lograr que esta barrera se vuelva permeable)

Otras células importantes que abundan en esta capa son los Melanocitos, responsables del pigmento que da color de nuestra piel: la melanina y de protegernos de los rayos uv.

Luego tenemos células que forman parte del sistema inmune de la piel, son verdaderos centinelas, las células de lanherhans. Es importante mantenerlas “sanas” para que puedan ejercer su labor. Por ello es fundamental no agredir la piel con sustancias químicas nocivas como peelings que puedan poner en riesgo esta función.

Por último las células de Merkel son las responsables de nuestra capacidad sensitiva, el tacto.

La dermis. Se encuentra por debajo de la epidermis. Rica en fibroblastos responsables de generar fibras de colágeno y elastina, nuestros cimientos, las bases de nuestra casa. Son los responsables de la firmeza y elasticidad. Lo que queremos preservar y reparar con múltiples tratamientos para no perder la juventud.

El ácido hialurónico es otro protagonista del que seguramente has oido hablar. Es un glucosaminoglicano, una estructura de azúcar. Su función es mantener la piel hidratada.

Por último y más profundo encontramos la hipodermis rica en grasa, funciona como un verdadero colchón protegiéndonos de traumatismos y protegiendo a los órganos internos.

Influyen en el envejecimiento de nuestra piel la genética, pero también el ambioma, lugar donde vivimos y las condiciones epigenéticas, como nos cuidamos.

El “como nos cuidamos” tiene un impacto del 80% en como vamos a envejecer. Será determinante.

Actualmente conocemos y sabemos el efecto del sol sobre nuestra piel y que es responsable número 1 del envejecimiento prematuro. El efecto de la polución, agentes contaminantes y la luz azul. Todo esto se puede prevenir cuidándonos.

Conocer la estructura de la piel y sus funciones nos ayuda a hacer consciente el Autocuidado y la elección de los tratmientos complementarios.

Higiene – hidratación y protección solar son la base para mantener la piel sana.

Higiene para mantenerla limpia, saludable, lozana, evitar impurezas eliminando residuos propios y  todo lo que a lo largo del día se deposita en la superficie de la piel ensuciandola e intoxicándola.

Hidratación: para mantener el buen funcionamiento de su capa hidrolípídica, evitando la pérdida de agua y ese desequilibrio hídirico que hace que la piel se vuelva vulnerable suceptible y sensible y se arrugue ocasionando signos de envejecimiento prematuros.

Protección solar: es tu mejor crema antiedad! 50+ todo el año los 365 días con o sin sol salgas o no de tu casa. El sol es causa de envejecimiento prematuro en la piel. Utilizando protector solar evitamos el cáncer de piel, evitamos la aparición de manchas, agregamos sin dudas con sus novedosas fórmulas antioxidantes y activos que van a aumentar la protección frente al daño solar, mediambiental activando y mejorando la capacidad de respuesta que tiene nuestra piel. Su condición natural, defendernos a capa y espada y lucir su versión más hermosa.

Leticia martinez berg

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